26 abril 2011

Post ¿irreverente?

Hace un par de días falleció la abuelita de uno de los roomies de elvido, quien me pidió que lo acompañara al velorio a dar el pésame a la familia. De entrada no me gustó la idea porque nunca sé qué decir en esos casos y menos cuando no es gente cercana a mí; pero bueno, son cosas que –supongo- se deben hacer por la pareja.

Cuando llegamos no pude evitar imaginar al cuerpo inerte dentro del ataúd y me di cuenta de que todo el show de velar al muertito me parece sumamente morboso. ¿Velarlo? ¿cómo pa qué? Según me explicó elvido,deben pasar ciertas horas antes de que el cuerpo pueda ser enterrado o cremado, pero pues... ¿velarlo? si ya no hay nadie en él! En fin...

Al día siguiente, llegamos a la casa de elvido y ahí estaba: la cajita con las cenizas de la muertita, no pude evitar sentir un escalofrío. Y todavía la mamá del roomie se dirigía a las cenizas cariñosamente e incluyéndola en la plática. Cielos!

Queridos lectores, cuando yo me muera déjenme en la morgue el tiempo que se requiere, sáquenme los órganos que sirvan de algo, crémenme y arrojen mis cenizas en un campo de girasoles. NO LE HABLEN A MIS CENIZAS, yo ya no estaré ahí, estaré rockeando con Dios Padre.