Pues como toda una adulta, me he endrogado grandemente!
Decidí usar mi fabuloso crédito Infonavit para comprarme un cantón. Sé que ello
debe ser motivo de fiesta y goce sin parar, pero la verdad el proceso fue tan
pesado con la constructora que la emoción se fue consumiendo. Además, es una
casa que no voy a habitar por el momento, así que es solo una casa.
La verdad tengo un poco de miedo, como que ese paso me hizo
clavar una raíz más en tierras mexicas y mi corazón aún no está conforme con
pasar el resto de su vida aquí. Difícil. Creí que al abrir alguno de los
cajones, de las puertas, saltaría un paquete con la leyenda “Felicidad
interminable” pero no.
En fin, por lo pronto a rentarla para que el golpe
crediticio sea menor.