Sé que ya pasó, que ya tenemos ganador, que se cuestiona mucho el verdadero motivo de llevar a cabo este proyecto, pero aquí vendrá mi muy personal punto de vista.
Lo que yo rescato de este programa es a la enorme cantidad de personas trabajando en silencio por apoyar una causa, es impresionante cuánta bondad existe en nuestro país y que se vea totalmente opacada por unos cuantos que son los dueños de los cárteles de drogas y que tienen al país sometido por temor.
Vimos iniciativas de diversas índoles y todo arrancó muy bien hasta que se permitió que el público eligiera con sus votos a los finalistas y consecuentemente, al ganador. Estoy convencida de que si realmente queremos apoyar a un proyecto que beneficie a los más, quien debe de elegir el mejor proyecto es uno o varios expertos.
Alimento, techo y vestido. Afortunadamente el 1er y el 3er lugar están en este rubro, pero ¿el 2°? Y es aquí donde difiero de la mecánica de votos para otorgar los premios, porque entonces quien tiene más relaciones y/o éstas son pudientes, obtendrán más votos. Quien tiene un excelente proyecto, tiene a mucha gente convencida y ávidos por beneficiarse de él, pero no tienen recursos para estar llamando o mensajeando a manera de votos, no resultará ganador.
Yo considero que ese fue el caso de Miguel de Marabunta, una persona que se ve transparente, que se muestra tal cual, sin poses, sin disfraces pero que la gente que lo apoyaba no podía más que gritar y pedir con el corazón que él fuese el ganador. De acuerdo, su proyecto no tiene nada que ver con alimento, techo y vestido; pero tiene que ver con llevar a los jóvenes por un buen camino.
En fin, lo importante es tomar el ejemplo de todas estas personas y hacer, en la medida de nuestras posibilidades, algún bien a nuestra comunidad.
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