No sé a ustedes, pero a mí a veces la cotidianidad y el tedio de la rutina me hacen olvidar lo afortunada que ha sido mi vida, todas esas experiencias vividas, con sus aprendizajes y disfrutes que me han hecho crecer.
Recuerdo muy bien cuando mis papás me dijeron que nos iríamos a vivir a Villahermosa y todo lo que repelé y me quejé por ser la única de los hijos en ser arrastrada a ese "pueblo". Lo que no sabía era que ahí viviría tantas y tan lindas cosas. Que sería ahí donde me enamoraría por primera vez y que sería con esos amigos de la prepa con quienes haría mis primeros viajes de mochilazo.
Recuerdo también que nuevamente repelé y me quejé cuando mis papás me dijeron que debía estudiar la universidad de vuelta en México. Pasaba noches llorando y deseando regresar a Villahermosa, poco a poco me permití hacerme una vida nueva, con nuevos amigos que hoy son mis hermanos. Con muchos de ellos viajé largas distancias en autobús para poner obras de teatro en Torreón, en Veracruz, en Monterrey, etc. Me volví fan del teatro musical.
Después tomé una gran mochila y decidí por fin salir del país, sola. El destino: Europa. Una experiencia maravillosa, dos semanas de caminatas interminables, de nuevos y viejos amigos, de autobuses, trenes, aviones. Me volví adicta y un año más tarde repetí la experiencia.
Pero no quedó ahí. Decidí que asomarme a la vida en otros países no era suficiente. Tomé mis maletas y me mudé a Alemania, donde estuve casi año y medio. Donde hice nuevas y entrañables amistades. Donde me probé a mí misma que puedo hacer tantas cosas que yo no sabía. Donde aquilaté a mi familia, a mis amigos.
Nuevos retos se presentaron a mi regreso, nuevos retos se presentarán en el futuro. Todos ellos, retos que enfrentaré existosamente porque la verdad es que soy bien chingona! jajaja! ah! y bien machina!
¡Cuídate mundo! porque no me dejo achicopalar por cualquier cosa. O como diría mi exjefa: ¡¡¡AGÁRRATE!!!
Recuerdo muy bien cuando mis papás me dijeron que nos iríamos a vivir a Villahermosa y todo lo que repelé y me quejé por ser la única de los hijos en ser arrastrada a ese "pueblo". Lo que no sabía era que ahí viviría tantas y tan lindas cosas. Que sería ahí donde me enamoraría por primera vez y que sería con esos amigos de la prepa con quienes haría mis primeros viajes de mochilazo.
Recuerdo también que nuevamente repelé y me quejé cuando mis papás me dijeron que debía estudiar la universidad de vuelta en México. Pasaba noches llorando y deseando regresar a Villahermosa, poco a poco me permití hacerme una vida nueva, con nuevos amigos que hoy son mis hermanos. Con muchos de ellos viajé largas distancias en autobús para poner obras de teatro en Torreón, en Veracruz, en Monterrey, etc. Me volví fan del teatro musical.
Después tomé una gran mochila y decidí por fin salir del país, sola. El destino: Europa. Una experiencia maravillosa, dos semanas de caminatas interminables, de nuevos y viejos amigos, de autobuses, trenes, aviones. Me volví adicta y un año más tarde repetí la experiencia.
Pero no quedó ahí. Decidí que asomarme a la vida en otros países no era suficiente. Tomé mis maletas y me mudé a Alemania, donde estuve casi año y medio. Donde hice nuevas y entrañables amistades. Donde me probé a mí misma que puedo hacer tantas cosas que yo no sabía. Donde aquilaté a mi familia, a mis amigos.
Nuevos retos se presentaron a mi regreso, nuevos retos se presentarán en el futuro. Todos ellos, retos que enfrentaré existosamente porque la verdad es que soy bien chingona! jajaja! ah! y bien machina!
¡Cuídate mundo! porque no me dejo achicopalar por cualquier cosa. O como diría mi exjefa: ¡¡¡AGÁRRATE!!!
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