Londres...

Mi entusiasmo estaba enfocado en Café Tacuba, la verdad no me entusiasmaba mucho la idea de hacer otro viaje sola; es cansado, ya no es divertido, es solitario, a veces triste...

El viernes salí del depa como a las 4:30am, pedalenado mi bici a todo lo que daba, el tren salía a las 5:25am pero no iba de prisa por cuestión de tiempo, más bien era por temor a la oscuridad!

Antes de las 5am ya había estacionado y asegurado mi bici en los lugares destinados para ello; esperé a que abriera la tienda de la estación para comprar algo para el camino. Por poco me subo a un tren que iba a otro lado! mejor dicho: me subí y algo me hizo reaccionar y bajarme a preguntar! uff!

Después de un pesado viaje en el tren, debí tomar un bus al aeropuerto para llegar a documentar y esperar mi vuelo. El aeropuerto en Baden-Baden es pequeño, así que la espera es más pesada pues no hay mucho que ver/hacer más que esperar...

Por fin llegó el camioncito que nos llevaría al avión, en estos vuelos no tenemos asientos asignados, asi que -sin querer- me senté junto a una pareja de españoles, pensé en ponerme a platicar pero realmente estaba muy cansada, asi que dormí un rato. Al despertar platiqué un rato con ellos, hasta que debimos separarnos para pasar por la aduana.

La aventura empezó desde el cambio de moneda, ver cómo las cantidades se hacen menos de pesos a euros, de euros a libras... chale! en fin... tomé mi mapa, mis direcciones y a caminar! No fue dificil, el metro es el metro donde sea, funciona igual, solo que en Londres parece que es de lujo!

El hostal dejaba mucho que desear, pero ni cómo quejarme pues dejé la reservación para el último momento, compartí con 7 personas más... dos parejas y 3 chavillas. Lo bueno es que para las 11:30 o 12am ya estábamos todos en la habitación listos para dormir!

Decidí que este fin de semana sería cultural, visitaría únicamente museos y exposiciones (el secreto es que son sin costo!!), así que empecé por el Museo Británico, es tan grande!! y pues tampoco es que yo sea tan apasionada con las esculturas y pinturas, así que a lo que me llamaba la atención era a lo que me acercaba, me dió gusto encontrar un pequeño pabellón de México, algunas piezas arquitectónicas narraban un poco de nuestra historia.

Leí que por la tarde habría un pequeño concierto de jazz en una de las salas, en verdad me dieron ganas de ir, pero faltaba mucho tiempo para ello, asi que me decidí por salir a dar una vuelta por los teatros y ver si me ajustaba algún horario/costo para al fin cumplir ese sueño! Caminé y de pronto me encontré en Soho, me recordó a la condesa y a mi gente condichera... Llegué al Cambridge Theater, donde están presentando Chicago, pero la única función que me hubiera quedado era el sábado a las 3:30pm y tenía que estar a las 7pm en el lugar donde estarían los Tacubos. Es una lástima que no haya muchas funciones de teatro en domingo...

Regresé al museo (algo dentro de mí creía que no lo haría!) para ver el concierto. Creí que sería una sala cerrada, pero no, únicamente pusieron unas sillas entre las exposiciones y los que no alcanzamos lugar simplemente nos sentamos en el suelo. Eran tres hombres vestidos de tacuche, tocaron jazz, blues y swing! Estuvo muy padre, la gente aplaudía entusiasmada y habíamos quienes no podíamos dejar de mover el pié al ritmo de la música.

Sábado: después de desayunar en el hostal, me dirigí al palacio de Buckingham, fui a ver si estaba la reinis pero no estuvo. Llegué temprano, pues quería presenciar el cambio de guardia a las 11:30am, asi que tuve tiempo de disfrutar un poquito del Green Park y apoderarme de un rinconcito desde donde podría ver bien. El tiempo transcurrió y el lugar se atiborró con gente de todas partes del mundo, yo quedé parada en medio de dos parejas de gringos enterándome de sus hijos, sus trabajos, sus hobbies, qué lugares han visitado, etc.

Por fin llegó el momento, se empezó a escuchar música en la lejanía, el bando blanco se acercaba entonando hermosas notas musicales, un rato después volvimos a escuchar música: eran los rojos, con todo y sus peludos sobreros venían marchando todos igualitos, me recordó a alguna escena de Star Wars, jeje...

Estando todos dentro del Palacio empezaron a tocar música alternadamente, todo el evento duró poco más de una hora y al finalizar, la muchedumbre se dispersó, yo me quedé parada recordando la canción de "Medio día" de Café Tacuba... Suspiré e inicié mi recorrido hacia los "Cabinet War Rooms" pero cuando llegué resultó que sí cobraban, así que les dije un 'chin-chin' mental y seguí deambulando hasta llegar al Parlamento, supuse que estaría igual que hace año y medio, asi que regresé al Green Park y disfruté del excelente clima, sí: el sol brillante sin amenaza alguna de lluvia!!! Y el London Eye de testigo...

Tomé el metro de regreso al hostal, hice una escala en un restorancito local para comer algo; ordené un McTrío y después de comer hasta la última papa me fui a descansar.

Llegué al Barbican Hall, el lugar está muy bonito, es todo un centro de artes con exposiciones, conciertos, películas, restorán y bar. Volteé a ver mi atuendo conciertero y rogué porque la banda latina llevara las mismas fachas. Poco a poco los fui identificando, algunos con playeras de la selección mexicana, otros con playera verde bandera. Por fin abrieron las puertas del auditorio. Primero escuchamos a Forro in the Dark, unos brasileños provenientes de Nueva York que tocan música latina, mmm... no sé cómo describirlos, pero fueron muy bien recibidos.

Llegó la hora de Café Tacuba, no trataré de describir mis sentimientos, porque sé que sólo un par de personas lo entenderían y son precisamente ellos quienes menos palabras necesitan para saberlo! El ambiente era increible! Desde antes de que saliera la banda a tocar, ya todo el auditorio estábamos haciendo la ola y echando porras a México; las banderas dominaban el lugar. Lo único que le faltó al concierto fue tiempo! Incluso Rubén dijo "quién se lanza al Big Ben para retrasarlo unos 45 minutos? Siempre el tiempo, el tiempo! Ya nos están corriendo del lugar muchachos!" Y sí, a penas llevábamos 3 canciones del tiempo de complacencias cuando tuvieron que despedirse. Claro, eso fue después de que todas las chicas banda nos subimos al escenario a brincar y cantar, wow!! ni una sola persona en todo el universo podía haber sido más feliz que yo en ese momento! wow!!!!

Saliendo del concierto había un grupo tocando en el lobby, algo así como cumbia estilo Instituto Mexicano del Sonido, ¡¡¡qué ganas de quedarme!!! pero no me latió mucho quedarme sola, además no estaba segura de los horarios del metro, así que mejor me regresé al hostal. En cuanto llegué las chavillas me preguntaron cómo me había ido, yo todavía no podía quitarme la sonrisa de la cara!

El domingo fue tranquilo, pero no dejó de ser maravilloso: Camden. Una zona que a mis ojos es una mezcla de Coyoacán, Condesa y Bazar de Lomas Verdes, donde igual me encontré con punks multicolores como con emos, negros con sus trajes típicos, rastudos, etc. Mi intención era ir al London Eye, pero el lugar me absorbió y ya solo regresé por mi maleta al hostal para irme al aeropuerto.

El regreso es otra historia! Tuve que pasar en el aeropuerto más de 12 horas! Fue la primera vez que duermo en un aeropuerto, pensé que sería la única y que tendría que esconderme de la ley, pero el tiempo fue transcurriendo, yo estaba muy sentada en un rincón leyendo periódicos cuando me paré al baño y descubrí gente instalada por todos lados! algunos con sus sleepings o alguna cobijita! Regresé a mi rincón y la banca seguía libre, así que dejando la pena a un lado me acomodé y poco a poco mi alrededor se llenó de paracaidistas. Lo malo fue cuando llegó un señor un poco enorme en dimensiones que roncaba proporcionalmente a su tamaño, mis mecanismos de defensa hicieron que quisiera ir al baño y le cedí mi lugar a una chava (pobre!). Dí una vuelta y me instalé en otro lado. Por fin empezaron a abrir las ventanillas y en cuanto asignaron la mía fui a hacer mi check in para ir a esperar a otra sala. El cansancio me estaba matando pero logré llegar al avión y dormir casi todo el vuelo e iniciar todo el camino de regreso.

En resumen: el fin de semana fue maravilloso, pero espero que ahora sí sea el último en el que viajo sola...

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