17 julio 2010

Oda a lo que se fue

Hace un par de días ví Toy Story 3 y claro que me hizo recordar a mis amados juguetes que llevé a un albergue para indígenas que vienen a la ciudad a recibir atención médica y no tienen dónde quedarse. Es increíble el apego que podemos sentir por algunas cosas, aunque yo creo que el apego y cariño nace de lo que se vive teniendo esas cosas en nuestras vidas. Varios de esos juguetes fueron regalos de alguna "mejor amiga" o más adelante de un novio. Me deja tranquila la idea de que esos juguetes están haciendo felices a muchos pequeñines y que siguen cumpliendo su misión en este planeta.

La última foto

Me quedé pensando en la habitación que fue mi refugio tantos años y que aún me recibe cada vez que me quedo en casa de mis papás. Ya no están las huellas de las grapas que sostenían los posters de Luis Miguel y Flans de mi infancia, ya no están las repisas en las que se sentaban mis muñecos de peluche, ni la alfombra, ni el biombo que fungía como puerta del closet. Muchas cosas han cambiado en esa habitación, pero la sigo sintiendo tan mía como mi propio nombre.

Creo que cada vez ese sentimiento de apego ha ido disminuyendo, quizá se deba a que he andado cual gitana en los últimos años y ya no tengo tanta oportunidad de cargar con algo en especial para todos lados. Pocas son las cosas que me han acompañado por largo tiempo, como mi llavero de amor y paz que tiene conmigo 15 años o sentimientos que nomás no desaparecen... pero ESA es otra historia!

PD. Vean Toy Story!!!!

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