19 noviembre 2010

Seguir Siendo...

Yo soy muy fan de Café Tacvba, y creo eso no es novedad. Desde que oí los primeros rumores del documental que estaban grabando, ya estaba ansiosa por ir a verlo.

Un día, en una reunión con viejos y muy buenos amigos, MdO me dijo que la empresa donde trabaja estaba negociando los derechos de distribución del documental y que si se cerraba la negociación, yo tendría asegurado mi pase a la premier. Y de inmediato ese sentimiento de emoción e incertidumbre invadió mi ¿alma?.

Por un tiempo no supe más. Al acercarse mi cumpleaños mi amigo me dijo que me tenía una sorpresa pero que todavía no podía decirme. *blink blink* Me preguntaba si la negociación se había cerrado y su empresa se encargaría de la distribución de Seguir Siendo. El tiempo siguió transcurriendo, hasta que a penas hace un par de semanas me preguntó por facebook si ya estaba lista para la premier. ¡¡¡WUAJUUU!!! ¡Por supuesto que ya estaba apuntadísima!

La emoción me acompañó hasta el último minuto, pues era el mismo día de la premier, eran las 5:15pm y todavía no me llegaba mi boleto a la oficina como me había dicho MdO. ¡Gulp! Hablé con él ya con la resignación de no ir, pero resultó que él tenía un par de boletos extras para la emergencia, ¡¡¡así que aún estaba dentro!!!

Me lancé de inmediato y llegué antes de que abrieran la reja del Auditorio, ya había una pequeña fila, eran como las 6:30pm. El boleto tenía hora de inicio de las 8:30pm.

Abrieron la reja pero aún no había acceso a la sala. Me acomodé en la valla que protegía la alfombra roja para poder ver llegar a los Tacvbos en su entrada triunfal. El reloj avanzaba, el auditorio se llenaba y la primero “luminaria” en caminar la alfombra roja fue Kalimba (¿¡¿¡WTF!?!?) seguido de chavillos y chavillas que sepa dios quiénes eran. Por ahí pasó Julio Bracho de lo más alivianado, Arath de la Torre y Tony Dalton entre otros. Primera, segunda, segunda, segunda y tercera llamada. Decidí correr a meterme a la sala, ya no había acceso al primero piso, ¡ush! Y todo para que ni pasaran por la alfombra los Tacvbos.

Subí las escaleras y me formé para entrar al segundo nivel; enfrente de mí una parejita de chamacos universitarios, ella con voz ronconacoza y haciendo berrinches. Atrás de mí dos chavillos hablando de Bob Esponja. Entramos y nos acomodaron así como íbamos, quedé atrapada entre esos entes y mi poca paciencia. Niña berrinches moviendo la pierna y zangoloteando toda la fila, chavillos hablando de Zelma y Patty. Yo autisteaba, callaba a la chava diciendo al aire “¡ya cállate!”. ¡Seguro ellos contaron a sus amigos que se sentaron junto a una tipa que callaba a las voces de su cabeza!

De repente se oyen gritos, los Tacvbos y Gael García Bernal entran por el pasillo principal, lo que quiere decir que Sí pasaron por la alfombra roja, ¡¡por ahí por donde yo tenía mi súper lugar preferencial!! Ni los vi, ni pude tener un lugar en el primer piso y terminé entre gente de bajo IQ.

Pero todo cambió en cuanto dio inicio el documental, mi acción inmediata fue inclinarme hacia delante y aislarme de los vecinos. Yo sé que mi opinión no es objetiva, pero ¡¡¡WOW!!! Me encantó, me encantó ver el “backstage”, los orígenes, conocer un poco más de cada miembro del grupo, ¡incluso del representante! En fin, yo no puedo hacer otra cosa más que recomendarlo ampliamente.

Saliendo de la función le envié un mensaje a MdO agradeciéndole la maravillosa experiencia, no había pasado ni un minuto cuando oí que me llamaban, era MdO que detuvo mi retirada para darme un brazalete que me daría acceso a la fiesta VIP que sería en el Hard Rock. No lo creerán, pero en verdad lo dudé. No quería estar ahí sola, tenía frío. De plano iba saliendo del estacionamiento del auditorio y me orillé para pensarlo detenidamente. Si no iba me arrepentiría, tarde o temprano ¡pero seguro me arrepentiría! Y si iba, sólo tendría un poco más de sueño el viernes... ¡Voy!

Así que me lancé, lo bueno fue que MdO, su esposa y otros amigos suyos llegaron luego lueguito y ya hicimos bola. Pasó Quique y me dio oso pedirle una foto, pero no me aguanté cuando Emmanuel andaba cerca ¡y mucho menos cuando llegó Rubén! Con Joselo tengo una foto de otra ocasión, así que ya sólo me faltaba Quique para completar el cuarteto.

Después de las fotos, un poco de bailongo jocoso y un vaso de coca, me dirigí a mi hogar con una gran sonrisa en el rostro y con las enormes ganas de ver nuevamente el documental. A ver si convenzo al “cielo” para que me acompañe, aunque él es 100% popero...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me senti ahi... poco objetivo mi comentario tambien!