02 enero 2014

¡Gracias!

El 2013 fue una montaña rusa de emociones, un reto a mi tolerancia en mi vida laboral y a mi fe en la parte personal. Fue un año de reencuentros con gente que quiero mucho, con lugares por demás suspirables, con comida rica en pequeñas dosis.

Casi para cerrar el año pude constatar UNA VEZ MÁS el valor de la familia, el poder de un abrazo. Mi familia es el rayo de luz que siempre se asoma en medio de la tormenta. Los quiero.

A iniciar el nuevo año con optimismo, con esta sed de crecimiento que no logro ni quiero apaciguar, con el firme propósito de dejar el pasado en donde corresponde, vivir el presente y planear el futuro.

¡Gracias 2013 por haberme hecho más fuerte para enfrentar lo que venga en el 2014!

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