05 abril 2010

De princesas y dragones

Nunca me he considerado buena escritora pero de alguna manera siempre me ha gustado escribir, desde el clásico diario de adolescente hasta los versos y prosas que me vienen a la mente. Hay personas que me dicen que les gusta cómo escribo, "parece que estoy viviendo lo que leo" es lo que me han dicho y creo que ese es un poco el objetivo de este blog: Poder compartir con otros mi vida -aunque sea de manera virtual- y abrirme un poco para dejar ver más de mí (lo cual no tienen idea cuánto trabajo me cuesta!!).

Así que llegó la hora de decir la verdad, la verdad de por qué dejé de escribir un par de meses y por qué he vuelto a las andadas. Bueno, diré la verdad hasta donde la honestidad conmigo misma me lo permita.

Cuando llegué en agosto venía cargando no sólo dos maletas, sino también un enorme sentimiento de tristeza por aquél que hoy es el innombrable. Claro que mi familia sirvió de apoyo moral aún sin hacerlo explícito, mis amigos lo fueron también. Necesitaba tener mi mente activa y distraida pero siempre había momentos en los que ya nadie podía entretenerme. Como siempre, lo fui callando, llorando y tratando de sanar sola. "De peores he salido" me repetía constantemente y es cierto.

El desempleo no ayudaba, no le veía sentido a levantarme, bañarme y arreglarme todos los días, pero lo hice cada día con tal de no preocupar a mis papás. Y llenaba formatos y formatos online en diferentes empresas para solicitar chamba, tuve que empezar a considerar trabajos que realmente no quería hacer, que no eran lo que hoy sé que me encanta.

Llegó el nuevo año y me prometí sentirme más optimista... como si fuera tan fácil! Durante todos esos meses creé mi caparazón protector otra vez, ese escudo que congela las emociones a manera de supervivencia. Junto con el escudo también me dí cuenta de que por más buena persona que me considere a mí misma, simplemente no puedo perdonar al innombrable, quizás se deba a que un día le pedí humildemente que me contara bien qué había pasado y después de un mail en que me decía que estaba super ocupado con la chamba y que después me escribía con calma, descubrí gracias a facebook que había alguien más y no tuvo el valor de decírmelo. Pienso que 10 años de amistad, montones de bodas a las que fuimos juntos, viajecitos cortos y una semana en Europa me hacían acreedora de esa atención. En fin, no le deseo nada bueno y no estoy orgullosa de ello.

No tenía motivación alguna para escribir, ¿de qué escribiría? pensé en hacer reseñas de los programas de TV que me aventaba todo el día, pero eso hubiera sido lo más patético del planeta de marichú. Así que decidí desistir.

Afortunadamente encontré chamba o la chamba me encontró a mí. Justo el trabajo que quería... el puesto que quería! El que estuve visualizando desde que decidí regresar de Alemania. Sobra decir que eso me super motivó, conozco el trabajo, conozco a la gente, estoy cerca de mis amigos que dejé 2 años atrás, todo super bien! Creo que al primer fin de semana corrí a comprarme un coche (el cual todavía no me entregan, pero en fin...) y mientras tanto me mudé con la nakita, mi ex-roomie. Volví a respirar, a tener una misión cada día!

El puesto me gusta mucho, es la primera vez que tengo gente a mi cargo y creo que estamos armando un buen equipo. Obviamente aprendo mucho de ellos y trato de ser su facilitadora. Tengo mi propia oficina, cosa que nunca consideré importante, pero que definitivamente me encanta! Es cierto que de 8 a 5:30 estoy básicamente trabajando, sin el chascarrillo acostumbrado o el momento de chismorreo; no hay mucha convivencia excepto la de la hora de la comida. Sin embargo, eso no me preocupa. Tengo hartos amigos y no me es dificil hacer más (la modesta al habla).

Mi vida empezó a alinearse, los astros estaban de mi lado. Incluso dejé de ladrarles a los que llegaban con "que tú, que yo, que nosotros" y me dí chance de salir de nuevo. Es padre saberse atendida, que te hablen, que te procuren... Eso sí, un chico con el que salí es como señal de cablevisión en plena tormenta: aparece y desaparece. Y otro, aún carga cierto equipaje real para todos lados. Lo malo es que en este inter, bajé un poco la guardia y el escudo se me cayó, haciéndome recordar cuánto odio sentirme vulnerable!!! ush!

Ahora volví a casa de mis papás, lo cual es muy a mi pesar. Llevaba viviendo fuera de su casa cuatro años y medio, acostumbrada a ser independiente y no dar explicaciones de a dónde voy, con quién voy, a qué hora regreso y si regreso. Esto será todo un reto, pero la decisión de regresar la tomé porque les debo una lana y prefiero pagarles a ellos en lugar de pagar una renta.

Así que aquí estoy. Con una chamba que camina sola y me hace feliz, con un corazón amartillado por diferentes circunstancias -incluyendo obviamente la pérdida de Checho de la cual ya he hablado-, en espera de un coche que me alivianará un poco la vida y con la preocupación de cómo mantener la cordura y la postura de mujer independiente que vive bajo el techo de sus padres.

Espero no haber defraudado a aquellos que han dicho les gusta cómo escribo.

He dicho.

1 comentario:

Anónimo dijo...

defraudado nada, orgulloso mucho
rap