16 febrero 2009

14 de Febrero... giac!

No es que yo sea amargada, es que es en estos casos cuando reacciono de acuerdo a mi conveniencia. Han sido pocas las veces que he compartido un 14 de febrero con un galán y como esta vez es una de ellas, pues me toca estar del lado grinchesco.
La ventaja es que en este lado del mundo, la tradición a penas empieza, entonces no en todos lados todo se viste de rojo/rosa, con corazones cursis y cientos de mercancía ridícula. No. En el super por ejemplo, sólo ví un "botadero" donde tenían chocolates, galletas, papel para envolver y algunas otras cosillas que no me interesó indagar qué eran.
En el centro comercial tampoco se veía gran cosa relacionada con el tema, nada de gigantezcos globos en forma de corazón, no, no, nada por el estilo. También noté que sólo son detallitos lo que se dan -al menos cuando acompañé a Ching y Axel a comprar algo para sus respectivos, compraron cosas muy sencillas- y los miré y dije: "uff, qué afortunada soy de que no tengo que andar gastando en estas cosas!" Claro que su cara fue de "sí, loser, lo que tú digas" jeje... Hay que ver el lado positivo no?

Pero yo sé que no se trata sólamente del día del amor, sino que también de la amistad y traté de verlo por ese lado; sin embargo, me dí cuenta de que mis amigos-amigos están a kilómetros de distancia. Es cierto que he hecho buenas migas con mis compañeritos de la escuela, pero si ni siquiera puedo abrazarlos como que no se siente de a devis. Además, Hannah se fue a México, Yaya a visitar a la novia, Elisa a su casa en Munich, Ching a casa de sus suegros, así que sólo quedábamos Eugénia y yo, pero ella estuvo trabajando tooodo el día en un trabajo que teníamos que enviar antes de las 12am. Ya me había dicho que cenaríamos en su casa, pues Julia -amiga suya- estaba de visita. Yo veía pasar las horas en mi reloj y me imaginaba a Eugénia sufriendo por terminar a tiempo. Finalmente a las 11:40pm me habló diciendo "quedan 20 minutos! aún podemos celebrar el día de San Valentín! corre!!!" y eso hice.
Cuando llegué, Julia ya había cocinado y arreglado la mesa para cenar. Pretendíamos tener una velada tranquila: cenita, vinito, plática y plática... cuando sonó el celular de Eugénia, era una amiga suya que al parecer perdió la cuenta de sus bebidas y se había ido a festejar sola a un antrillo. Nuestra velada tranquila se convirtió en "niñeras a domicilio" y terminó a las 5am después de que logramos dejar a esta niña en su casa. Cosas que pasan...

No hay comentarios: